martes, 2 de diciembre de 2014

El ratoncito Pepo y el Hombre Serpiente



 
Toc! ¡Toc! ¡Toc!
 P - ¿Quién es??

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!P-
Que .. ¿quién eeeeeeesssssss?


HS - Ssssssssssssoy yo ..... tu queridísssssssssimo amigo serpiente

P - ¿Quién?

HS - Sssssssssssoy yo, tu sssssssssserpiente preferida, el Hombre Ssssssssserpiente

P - ¿Hombre serpiente? ¿Pero cómo tienes la cara dura de venir después de que me intentaras comer la última vez?!!!!!!, todavía tengo un trozo de piel sin pelo por tu culpa.

HS - Ssssssssssolo fue un pequeño despiste, no había comido nada en todo el día, y por un momento me olvidé de dónde estaba y te vi como un delicioso manjar, no pude resistir la tentación y tenía que probar tu carne blanquita y tierna. Yo ssssssssssolo quería darte un pequeño mordisquito en una pata, nada más ....

P - ¿Un pequeño mordisquito? Si me tragaste entero y solo me salvé porque pude agarrarme con el rabo a la pata de la mesa y tirar, si no hubiese ido a parar directamente a tu estómago!!!!

HS - No ssssssssssseas rencoroso, ya te pedí perdón y te dije que fue un despiste, por no haber comido y que no sssssssse volverá a repetir, y para que veas que es verdad, te traigo una bandeja muy grande de pastelitos de queso ...

P - "¿Pastelitos de queso?!!!!!, bueno, quizá me he pasado un poco ....  hombre, si solamente fue un acto instintivo, propio de tu naturaleza reptiliana, y si ya me dijiste que no iba a volver a pasar, creo que ya podemos olvidarlo ..." dijo el ratoncito Pepo mientras abría la puerta pensando solo en la cantidad de pasteles que podría haber en esa bandeja.

HS - Ves? Te he traído una bandeja de las grandes, porque ssssssssssé que te gustan, para demostrarte que estoy muy arrepentido de lo que pasó, y porque me gustaría volver a cómo estábamos antes, tomando el té de las cinco todos los jueves.

P - "La verdad es que es todo un detalle por tu parte, traerme estos quesitos, y es que tampoco fue para tanto hombre, apenas me dolió y pude salir a tiempo, anda pasa, voy a prepararte un té mientras voy colocando estos pastelitos" ... dijo el Ratoncito Pepo mientras ya iba comiéndose uno de ellos camino de la cocina.

Y los dos amigos entraron en la pequeña casa del ratón, que para el Hombre Serpiente era pequeña, pero se encogía y se hacía un ovillo, y podía moverse libremente haciendo círculos, mientras iba mirando la nueva decoración de la casa, los nuevos retratos, la chimenea que había puesto para el invierno, el nuevo sofá y el salón tan acogedor.

HS - ¿Y esta casa nueva? Esssss mucho mássssssssss chula que la anterior, y tiene másssssss espacio.

P - "Los de la ciudad de la geometría, que me la arreglaron hace tiempo, unos chicos muy apañados". dijo el ratoncito desde la cocina.

Y así transcurrió la tarde, charlando y tomando té con pasteles. El Ratoncito Pepo no paraba de comer, la gran bandeja que le habían traído se estaba vaciando rápidamente, le había abierto aún más su ya de por si gran apetito, y no se saciaba por mucho que comía y comía.

Y comió y comió, y su panza cada vez estaba mas llena, sus piernas cada vez mas gordas, y sus orejas cada vez más arrugadas.  Estaba cada vez más hinchado y el Hombre Serpiente empezó a preocuparse.

HS - "Oye Pepo, no te parece que estássssssssss comiendo demasiado?", decía mientras le veía cada vez más redondo.

P - Noooo!!!! Estos pasteles están buenísimos, y tenemos que celebrar que volvemos a ser amigos, además ya casi no tengo hambre, no te preocupes, uno más y paro.

HS - Ya Pepo, pero es que llevas varias horas comiendo, y no has parado desde que llegamos, te traje esta bandeja grande porque pensé que te duraría unos cuantos días, y ssssssssssssolo te quedan ssssssssssiete pasteles, ¿Cómo puedes comer tantísimo?, te van a sentar mal.

P - Es una tradición de familia ... todos en mi familia ratuna comemos igual, y creo que yo soy de los que menos comen, así que imagínate como sería el abuelo Ratocón, que comió sin parar durante ocho días seguidos y cuando descansó se durmió, y al despertarse, pidió un desayuno de queso.

El Ratoncito Pepo, apenas podía moverse, había comido tanto que se había quedado atrapado en la silla, y tampoco tenía fuerzas para incorporarse y estaba sudando como un pollo, por lo que empezaba a tener un color rojizo fuerte y a oler a carne fresca.
   

HS - Pepo .... essssssssstás bien??? te veo algo colorado y apetit... caluroso, quieres que abra una ventana o algo?

P - "No, no te preocupes, ya voy yo" dijo el Ratoncito Pepo, con cierta intranquilidad, ya que veía en los ojos de su amigo el Hombre Serpiente, una mirada especial, igual que la que él ponía cuando veía queso, y no le estaba gustando, pero al momento miraba hacía el queso y se le pasaba. Intentó incorporarse y levantarse, pero cayó rodando por le suelo como si fuese una albóndiga, y estaba a punto de chocar contra la pared, cuando el Hombre Serpiente, con un gesto rapidísimo, estiró la cola, y lo detuvo.

HS - "Pero ten cuidado hombre!!!! Has estado a punto de romperte la crisma contra la pared, ¿en qué estabas penssssssssssando?", decía mientras con su cola, ponía derecho al Ratoncito Pepo y le limpiaba el polvo de la espalda y de las patas, a la vez que lo recomponía.

P- Ufff, gracias, creí que me chocaba, veo que sigues tan rápido como siempre.

HS - "Sssssssssi, y tú has engordado como un pollo Pepo, pero como has podido comer tanto?" , decía el Hombre Serpiente, mientras empezaba a mirar al Ratoncito Pepo y a imaginarse un pollo al horno, con patatas, con aceite por encima, con algo de cebolla y muuuuucha pimienta como le gustaba. "Esto Pepo, creo que ha llegado la hora de irme .... " dijo, con la voz temblorosa, porque se le nublaba la vista, y le empezaba a caer una babilla por los colmillos afilados ...

P - "¿Pero cómo ya te vas?, bueno, voy a ver si te puedo acompañar hasta la puerta", y de nuevo, se levantó con mucho cuidado, ayudado por el Hombre Serpiente, y se dirigía hasta la puerta con mucha dificultad y sin casi poder moverse.

HS - "Bueno Pepo, no te preocupes, ya salgo yo, quédate ahí, que ya me marcho ...." y se deslizó suavemente hasta la puerta, intentando no mirar hacia atrás, ni pasar por delante del Ratoncito Pepo, que empezaba a oler muy bien, y a flotar por la habitación encima de una bandeja con fondo de patatas y con una decoración de coliflor, zanahoria y limón .... "Uff, debo pensar en otra cosa, no puede sssssssssser que me pase otra vez", pensaba el Hombre Serpiente mientras se dirigía a la puerta.

Una vez que hubo llegado a la puerta, el Hombre Serpiente respiró, y al sentir el aire limpio de la calle, se relajó y pensó, "menos mal, un minuto más y me lo zampo", y volvió a estirarse y desplegarse, una vez ya fuera de la casa. Pero en ese momento, escuchó una voz que le llamaba a gritos, desde el fondo de la casa:

P - "Hombre Serpiente!!!! Hombre Serpiente!!!!!, te has olvidado la bandeja!!!!", decía el ratón, desde el fondo de la habitación.

HS - "Da igual !!! ya vengo otro día , déjalo, adiosssssssss", decía el Hombre Serpiente mientras se alejaba y veía cada vez más apetitoso al Ratoncito Pepo,  y empezaba a temblarle la voz, y a afilarse sus colmillos y empezaba a inflamarse su cuello ....



P - "Nooooo, venga ven y te la llevas", decía mientras se acercaba a la puerta torpemente, moviendo su enorme panza de un lado a otro, "si no me cuesta trabajo, ya ves que estoy muy ágil y se me ha pasado ... ", pero casi sin poder moverse y sudando cada vez más, presentaba un aspecto lamentable, pero a la vez muy apetecible.

HS - "Está bien, voy, esssspera", dijo el Hombre Serpiente mientras daba la vuelta y se volvía a meter en la casa, pero solo medio cuerpo, porque no quería volver a tener que enrollarse, y avanzaba poco a poco hasta el ratoncito, al que veía ahora como un pequeño dulce de chocolate con vainilla, avellanas y nata que le esperaba sentado sobre una mesa de crema y bizcocho. "No debo pensar, no debo pensar, ssssssssolo entrar y sssssssssssalir" se repetía el Hombre Serpiente, mientras se acercaba, mientras sus ojos se volvían cada vez más afiliados, sus colmillos chirriaban unos contra otros, y su cerebro repetía  "comida ... comida ... "

P - "... aquí la tienes" dijo el Ratoncito mientras le acercaba la bandeja vacía y se había comido ya los últimos pasteles de queso, y estaba a punto de reventar, sin poder moverse y sin poder casi decir una palabra.

El Hombre Serpiente no pudo más, y ante la imagen de ratón gordo y goloso que se le presentaba delante, le fue imposible reprimirse y ZAAAAASSSSSSSSS , le lanzó un bocado para meterse por completo el ratón en la boca, pero .....

P - "¿Pero qué haces?"
HS - mmmmmgggggggaaaaaaa guuuuuuuaaaaaaaaaaaa

El Ratoncito Pepo había comido tanto y estaba tan gordo, que no cabía por la boca del Hombre Serpiente y se había quedado atorado, y ahora no podía ni salir ni entrar, y el Hombre Serpiente estaba empezando a asfixiarse, y presa del pánico, apretó aún más la barriga del Ratoncito Pepo para ver si podía escupirlo

P - "No!!!!!! No hagas eso !!!! que he comido demasia........ " PUMMMMMMMMMM, el Ratoncito Pepo no pudo aguantar más y entre gases, quesos, tropezones etc .... explotó y descargó todo lo que había comido sobre el estómago del Hombre Serpiente que ahora parecía un globo, porque tenía la cabeza y la cola normales, pero su barriga era una enoooorme bola llena de queso.


 HS - Pepo, me encuentro muy mal .... llévame al hospital de sssssssssserpientes .... por favor

P - "Uffff, estoy como nuevo", dijo el Ratoncito Pepo, incorporándose, y sintiéndose mucho mejor. "No te preocupes que ahora mismo llamo", de nuevo era un ratón delgado y se podía mover con libertad, y así, avisó a los perros médicos, para que se llevaran a la maltrecha serpiente. "¿Qué le ha pasado?"  dijo el inspector médico, "pues que ha comido mucho queso y se le ha indigestado, cosas de serpientes", respondió, "¿una serpiente que come queso?, qué cosa más rara", dijo el inspector mientras metían a la serpiente en la ambulancia y se la llevaban de urgencia porque era un caso muy muy raro de indigestión reptil a causa de queso.

Pasados los días, el Ratoncito Pepo, visitó a su amigo en el Hospital Perruno, que ya estaba mucho mejor, le habían limpiado y vaciado el estómago, pero en el historial ponía que le había cogido aprensión al queso y a los ratones, ya nunca más iba a acercarse a un ratón y mucho menos, a una bandeja de pastelitos de queso o cualquier cosa que se le pareciese.

HS - Queso no!!!! Aparta eso de mi!!!!!!  Fuera de aquí!!!!! Pero bueno, no has tenido bastante!!!!!

P - "Pero si te traía una bandejita de pasteles de queso para comerlos juntos ...." dijo el Ratoncito Pepo mientras tenía que salir de la habitación porque el Hombre Serpiente le estaba tirando todas las cosas que se encontraba en la mesita de la habitación, un reloj, unas cartas, unas flores de sus amigas serpientes, hasta un paraguas de colores que tenía,  "vale vale, ya me voy,  pero seguro que querrás venir a tomar un té un día de estos y entonces no te abriré ... ", dijo mientras se marchaba y cantando y silbando, muy contento porque no iba a tener que compartir la bandejita de quesos, que ahora era toda enterita para él. "Nunca entenderé a las serpientes".

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